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Un día como hoy 6 de octubre pero de 1886, circula en los Estados Unidos el primer automóvil movido por una máquina de vapor.
La industria automotriz tuvo un notable desarrollo en Estados Unidos a lo largo del siglo XX, sin embargo, en aquel país no circuló un automóvil hasta octubre de 1866, movido por una máquina de vapor, cuando ya en Europa se había utilizado la bencina como combustible desde dos años antes.
Los inicios de la historia del automóvil empiezan desde finales del siglo XVII, en 1680, cuando se empezó a experimentar la máquina termodinámica de vapor para poner vehículos en movimiento.
Diez años después, aparecen en fase experimental, los coches de vapor con pistón motriz.
Para 1858, se probó un motor monocilíndrico de dos tiempos que utilizaba gas como combustible.
En 1860, el ingeniero belga Etienne Lenoir crea el primer motor de combustión interna de dos tiempos.
En ese mismo año, con su modelo de motor, construyó un automóvil que pesaba aproximadamente unas 2 toneladas (muy pesado), que recorrió unos 9 km en tres horas (podía ser rebasado por un peatón).
Este resultado hizo que abandonara el proyecto de crear un vehículo a partir de su motor, pero su idea fue tomada como punto de partida por otros muchos ingenieros de la época.
Su modelo es solución a un motor que haga uso del combustible directamente como propulsor.
Lenoir llega a este diseño construyendo un motor que quema el combustible en el mismo cilindro, eludiendo la cámara separada que la máquina de vapor requiere. En dicho motor que se sustenta de combustible, se penetra en forma de vapor y por medio de una chispa se inicia e impulsa el pistón.
Mientras en 1864, el automóvil que utilizaba la bencina como combustible ya era una realidad y la evolución seguí su curso en Europa, de la mano de los alemanes…
El 6 de octubre de 1866, aparecía en las calles de los Estados Unidos, ante los ojos sorprendidos de sus habitantes el primer automóvil movido por una máquina de vapor.
De acuerdo con algunos testimonios, en la primera mitad del siglo XX, en la década de los años 20, todavía podían observarse los coches con motor de vapor en las calles americanas.
Aunque los norteamericanos copiaban e innovaban los modelos europeos, los resultados eran muy diferentes, por la diferencia de caminos y el uso que los aristócratas estadounidenses le daban a los autos.
De ahí, el éxito de Henry Ford, quien vio con claridad las necesidades y actuó de manera utilitaria en ellas. Su solución fue: un modelo estándar, fabricado en serie para abaratar costos, de manera que cualquiera tuviera acceso a él.
Así es como se inicia la historia de la tan prestigiada marca Ford Motor Company.